El fútbol es el deporte más injusto del mundo, aunque a veces tiene su cuota de justicia. Quedó demostrado en la final del Mundial de Catar de este domingo, donde la Selección Argentina, después de mucho sufrimiento volvió a levantar la Copa del Mundo, luego de 36 años.
Es que el equipo de Scaloni había jugado a un nivel superlativo el primer tiempo y parte del segundo y una ráfaga de Francia sobre el final mandó la definición al alargue, donde el Dibu Martínez se puso nuevamente el traje de héroe, en aquella corrida de Kolo Muani en el minuto 123. Hubo que sufrir en la tanda de los penales para lograr el título y ver a Lionel Messi levantar la tan ansiada copa. Finalmente el maleficio se rompió y la gente copó las calles para festejar.
Minutos después de la atajada del Dibu y de la definición de Montiel, las largas caravanas de autos y motos se dieron en los diferentes accesos al centro de la ciudad para congregarse en la Plaza Belgrano, epicentro del desahogo de un pueblo que necesitaba una alegría de estas características. Bandera en mano, camiseta celeste y blanca, un poster del 10 y la Copa del Mundo en mano para volver a gritar campeones, como lo hizo Kempes en el 78 y el Diego en el 86.
Los festejos se extendieron a lo largo de toda la tarde y la plaza fue el lugar para abrazarse con la familia, con los amigos, con los conocidos que se iban encontrando entre la marea de gente. Risas, llantos y una mezcla de sensaciones, que se expresaron todas juntas en un día histórico para nuestro país.
“Estoy muy feliz por Messi, porque no se podía retirar del fútbol sin haber ganado un Mundial. Iba a ser una injusticia muy grande. También por el país, porque estábamos necesitando una alegría así”, comentó un señor emponchado con la bandera Argentina en la espalda, que llegó con su familia a festejar este título obtenido por la Selección Argentina.
La Scaloneta logró algo más que un campeonato del mundo. Este equipo volvió a hacer que el pueblo vuelva a sonreír, pese a todas las pálidas, que se vuelva a unir en medio de tanta grieta.
