Enero transita entre el aumento de casos de Covid y la incertidumbre de mayores restricciones. La pandemia obliga a unas vacaciones en cercanía, con burbujas sociales y manteniendo los cuidados para evitar nuevos contagios.
En ese escenario, el veranito encuentra una demanda inédita de casas quintas. En Luján se abrió un mercado relativamente nuevo para el rubro inmobiliario, una oportunidad que los propietarios no dejaron pasar, y altos precios. La mayoría ya no tiene disponibilidad sino hasta marzo.
Es difícil promediar entre los dispares precios, en algunos casos las referencias son en verdes. La quincena en una quinta en Hostería puede llegar a los 500 dólares aunque el espacio sea «solo para pasar el día», sin posibilidad de pernoctar y con la temporada hecha. Recién para marzo aceptan nuevas reservas.
La oferta no está ni cerca de la demanda en las vacaciones pandémicas. Se ofrece de todo y a cualquier precio, y aún así continúan llegando consultas y pedidos en las inmobiliarias. «Todo lo que se ofrece se reserva en pocas horas», confirman desde el sector inmobiliario.
Las únicas condiciones irrenunciables para quienes vacacionan en casas quintas son que el lugar tenga «pileta y parrilla». En la gran mayoría de los casos se trata de una, dos y hasta tres familias.
En Open Door, una semana en una casa quinta puede costar 40 mil pesos. Las ofertas se extienden también en barrios de Luján. En La Loma, un espacio amplio para disfrutar un fin de semana entre los árboles con quincho y pileta puede costar 18 mil pesos. En Plumas Verdes, con similares condiciones hay quienes piden 10 mil pesos por día.
En el sector inmobiliario aseguran que para octubre comenzaron a crecer las consultas y que para noviembre la demanda se había disparado. Hablan de un «mercado nuevo» creado a partir del pedido de la gente que busca un lugar de cercanía para vacacionar.
En el rubro, coinciden en que las consultas crecieron hasta 3 o 4 veces más respecto a años anteriores y que desde diciembre empezaron a concretar operaciones. A medida que reservaron quintas y casas, los precios empezaron a trepar a mayor ritmo.
La oportunidad también la vieron los propietarios de los countries. En los barrios cerrados, el alquiler de una casa puede superar los 2 mil dólares por quincena. En algunos casos se trata de segundas viviendas de familias adineradas pero también están quienes deciden mudarse por la temporada a casas de familiares para disponer de un ingreso excepcionalmente abultado.
En barrios como Las Casuarinas, San Francisco y Hostería también hay familias que emprendieron una mudanza de temporada y ofrecen sus viviendas en alquiler durante enero y febrero.
En sintonía con el aumento de los precios y las consultas a inmobiliarias, el rubro de pileteros experimentó una suba similar. El año fue particularmente malo para quienes fabrican e instalan piletas de material y fibra hasta que llegó octubre y las ventas treparon hasta 4 veces más que el año anterior.
La normativa a nivel provincial permite hasta diez personas por casa y pueden aplicarse multas elevadas para quienes no cumplan con el máximo permitido. La medida no parece ser tenida en cuenta por quienes eligen vacacionar en casas quintas, ni por el rubro inmobiliario.