Una voz desde los barrios: “La música me salvó la vida”

Alexis Moreno tiene 19 años, es peón de albañil y quiere vivir de la música para cumplir su sueño y ayudar a quienes le dieron una mano cuando la necesitó. El mensaje, la reflexión y su historia en el nuevo suplemento de Ladran Sancho.

Esta es la primera entrega de “La Juventud está perdida”, un espacio para escuchar y conocer en qué andan los pibes y pibas de Luján. Hoy conocemos la historia de Alexis Joaquín Moreno, quien atravesó momentos complicados en su vida y la música lo ayudó a levantarse. Desde el barrio La Loma, suena la voz del pibe que se gana la vida como peón de albañil y sueña con llegar a lo más alto para sacar a su familia adelante.

“Yo estoy en la búsqueda de mi sueño. Lo busco todos los días y sé que en algún momento lo voy a poder lograr”. Ese sueño consiste en dedicarse profesionalmente a la música. Comenzó con el freestyle de más chico, pero ahora incursiona nuevos géneros como el RKT, perreos y mambo, con temas propios y estrofas que nacen en el barrio.

Desde pibe se ganó la vida como pudo. Vendiendo estampitas en la entrada de la Basílica o flores en la Plaza Belgrano, por el centro o en alguna esquina hasta que la policía lo corrió. Hizo malabares en semáforos, limpió vidrios, pidió monedas en la puerta del Mc Donal’s y golpeó puertas cuando no había para comer.

De guachín todo siempre le costó el doble y casi nunca tuvo oportunidades. Por eso hoy aprovecha cada chance que tiene de mostrar lo que hace y agradece a las personas que confían en él. No reniega de su pasado, aunque lo tiene guardado en una especie de caja negra. Los malos recuerdos le sirven de combustible para seguir en camino.

―¿Sentís que hacen falta más oportunidades para la juventud?

―A los pibes del barrio todo el tiempo nos cierran las puertas, porque dicen que tenemos pinta de plaga, por la cara, por el tatuaje. Por ejemplo, yo no quiero vivir toda mi vida de peón de albañil, hoy lo hago porque no me queda otra cosa. Voy a seguir laburando, porque yo prefiero salir a laburar y no quitarle a las demás personas su esfuerzo y lo que consiguen con su laburo, porque a mí no me gustaría que me pase.

Comprometido con el bienestar de su familia, ocurrente y con una capacidad admirable para improvisar, lleva una sonrisa que parece ya nadie le va a volver a robar. Estas cualidades le quedan pintadas y destacan su simpatía y su predisposición para ayudar a los demás.

Labura de lunes a sábados en la obra. Si bien no le gusta mucho, le permite juntar el mango y guardar alguna moneda para grabar su música. Jugó al fútbol de más pibe en Platense, Los Pumas y pasó por el Club Luján, aunque cuando se cruzó con la música fue amor a primera vista.

Su vida dio un giro cuando una tarde vio un grupo de pibes que estaban rapeando en la Plaza Colón. Se quedó mirando y de a poco se metió al grupo. Tenía 14 años. Pero recién a los 16 participó de la primera compe de freestyle. “Hago esto porque es en lo único que siento que me puedo expresar bien, lo que me sale y siento que voy a llegar lejos, porque es lo que me gusta”, cuenta.

Fue a la secundaria hasta segundo año y tuvo que abandonar para salir a bancar la olla. Le gusta leer, pero sobre todo subirse a un escenario y demostrar lo que hace. En sus líricas expresa lo que le tocó vivir, el día a día en los barrios, lo duro de la calle y le tira un mensaje a la juventud, sobre a todo a quienes la están pasando mal.

―¿Cuántas veces te dijeron que lo que estabas haciendo no servía de nada?

―Muchas veces me dijeron dejá de rapear, andá a la escuela, no seas vago. Hoy me doy cuenta que capaz tenían razón, que hoy tengo que estar laburando por no haber terminado los estudios. Sin embargo yo siempre perseguí mis sueños. Ahí para apoyarme siempre estuvieron mis amigos, gente del barrio, gente del comedor, gente que me dijo que le siga metiendo, que iba a llegar lejos. No siempre hay que escuchar esas voces que te tiran los sueños para atrás.

Su historia está en su música y es lo mismo que lo impulsa. Cuando Alexis era chiquito, fue dado en adopción a Mirta, que lo cobijó en el barrio La Loma. Se crio con Sara, su abuela adoptiva y Walter su abuelo. Recién a los cuatro años conoció a su mamá biológica y a sus once hermanos, que viven en el barrio Ameghino.

Es el más chico de la familia. Algunos de sus hermanos sufren el consumo problemático, mientras que otros se encuentran privados de su libertad. Esto lo apena mucho y sus sueños incluyen darles una mano. “Lo más duro de la calle es ver a mi mamá vendiendo estampitas en la puerta de la iglesia, saliendo a vender flores, verlos a mis hermanos perdidos en la droga. Hoy me lastima mucho no poder ayudarlos. Me gustaría poder darles una mano. Somos una familia que sufrió mucho”, reconoce.

Hace poco se fue a vivir con su compañera, su sostén junto a la música. Los compas del barrio también le dieron una mano en momentos difíciles. Hoy, además de tirar algunas rimas en la esquina, se ve arriba de grandes escenarios.

―¿Qué te ayudó a vos a salir adelante en los momentos más difíciles?

―Hablar. Esta bueno poder tener alguien con quien charlar, apoyarse en esos momentos difíciles. Muchas veces sentimos vergüenza de contar lo que nos pasa. Por ahí no solo necesitamos plata, por ahí lo que estamos necesitando es un abrazo, un reconocimiento. A mí me gusta que me llamen, que los pibes me agradezcan por ayudarlos. Lo hago porque a mí me ayudaron mucho. Y hoy, si Dios me da la oportunidad de triunfar en la música, yo quiero devolver toda esa ayuda que un día recibí.

Entre esos agradecimientos está el comedor del barrio La Loma, atendido por Marina. Allí lo acompañaron desde pibe, no solo con alimento, también con la contención y la ayuda para grabar sus temas. Gracias a eso Alexis conoció por primera vez un estudio profesional y pudo grabar su tema “Turrea“.

Como muchos de su generación, graba en casa de amigos, con una compu y algún micrófono. Participó del programa “Hip Hop en los barrios”, impulsado por el Municipio de Luján, lo que le permitió tener más material de su autoría. “Me parece genial esta iniciativa, porque nadie va a los barrios a que los pibes puedan grabar gratis. Está muy caro grabar. Esto es una súper oportunidad”, destaca Alexis.

De la vaquita para cargar la SUBE a improvisar en los vagones del Sarmiento: “Salíamos sin plata, con hambre. Nos subíamos al tren y nos presentábamos con la gente. Le pedíamos una palabra a tres o cuatro pasajeros y hacíamos freestyle a voluntad. Con eso cargábamos la SUBE y nos servía para pagar la inscripción de la competencia”.

―Muchas personas dicen que los pibes están perdidos. ¿Cómo la ves vos?

―Yo les digo a esas personas que no es tan así. A veces me pasa que los viernes, cuando salgo de trabajar, me dan ganas de salir a comer al centro con mi novia. Yo me visto deportivo, me cuesta vestirme de jeans, y muchas veces la gente te ve y se cruza de vereda. Eso me molesta porque la gente prejuzga, hablan sin conocer. Todos tenemos errores, pero yo soy una persona que no juzga a nadie sin conocerla. Hay gente que tiene plata y es humilde y sabe ayudar, pero hay gente que tiene y es capaz de tirar a la otra persona más abajo y sentirse más arriba. Somos todos personas, y hoy podés tener todo y mañana no tener nada.

En la música Alexis encontró eso que siempre estuvo buscando: “La música me salvó la vida. Cuando yo no sabía que hacer, estaba en un mal camino, hacía cosas que no se deben hacer, la música me dio paz. Yo tengo algún problema, me pongo una pista, agarro un lápiz, una libreta y me pongo a escribir y a rapear”.

Al revés de lo que parece, un camino lleno de dificultades y condicionamientos puede ser la motivación a seguir luchando. “Mi sueño es hacer música. Subirme a un escenario y que la gente me escuche, que me grite, que me conozca. Llegar a la cima. Pero sobre todo quiero llegar para ayudar a mi vieja, a la gente, a los barrios”, afirma.

Esta canción fue grabada en el comedor y merendero “El Ángel de la Bicicleta”, del barrio San Fermín de Luján, por Manuel de la Plaza de Elevados Récords.

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