Esta mañana se presentará, por séptima vez en el Congreso Nacional, un proyecto para legalizar y despenalizar el aborto en Argentina. Un repaso necesario y 10 argumentos que sostienen la necesidad de dar respuesta a un problema de salud pública.
La propuesta original incluía un pedido de sesión extraordinaria para tratar el proyecto el 8 de este mes, en coincidencia con el segundo Paro Internacional de Mujeres Trabajadoras. Finalmente, y debido a la negativa de un amplio sector de los legisladores a que se debata de manera directa en el recinto, se decidió darle lugar al debate en comisiones.
Las condiciones son extraordinarias ya que por primera vez en siete intentos el proyecto se presentará con apoyo récord: llega al Congreso con 71 firmas de distintos bloques. Estiman que el 30% de los diputados está a favor, otro 30% en contra y un 40% todavía no se ha definido.
Si bien en las últimas semanas la agenda mediática y legislativa fue copada por la discusión por el proyecto de ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el arribo al Congreso no se dió gracias a la libertad de conciencia otorgada por Mauricio Macri a los legisladores, sino por el movimiento de mujeres que encabeza el reclamo desde hace más de 80 años.
Un poco de historia
El proyecto que se presentará surgió de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, creada por más de 20.000 mujeres reunidas en el XIX Encuentro Nacional de Mujeres Realizado en Mendoza en 2004.
La primera presentación dentro del recinto deliberativo se dio en el año 2007, cuando no se logró su tratamiento y posterior aprobación. Esta situación se replicó cinco veces más, teniendo el mismo resultado: pérdida de estado parlamentario.
Sin embargo la primera vez que se presentó un proyecto legislativo en Argentina en relación a la despenalización del aborto fue en 1937, hace 81 años; lo que da cuenta de la urgente necesidad de discutir una problemática de salud pública como la muerte materna como consecuencia de los abortos clandestinos.

El pasado 19 de febrero las puertas del Congreso fueron colmadas por una marea verde. Miles de mujeres reclamaron que se debata el proyecto que tiene por objeto reducir a cero la principal causa de muerte materna: el aborto ilegal.
Esta manifestación generó la apertura del debate en las casas, los espacios de estudio, los lugares de trabajo, las plazas, los medios de comunicación y las redes sociales. Hasta la iglesia se expresó en este sentido y el presidente Macri avaló el debate aunque se manifestó “a favor de la vida”.
El único lugar donde no se debatió aún es en el Congreso. Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito creen que gracias a este clima de apertura al diálogo, por primera vez están dadas las condiciones para presentar el proyecto en el recinto.
Pero lo más importante de esto es entender que si el proyecto de ley llegara a debatirse en el Congreso, no será gracias al poder político ni al mediático, sino gracias al movimiento de mujeres organizado que lucha y reclama el derecho sobre sus cuerpos desde hace décadas.
¿Por qué es necesario que se despenalice y legalice el aborto?
Repasemos apenas diez de los muchos motivos que avalan la legislación que ya fue aprobada en más de cincuenta países del mundo , y que sin embargo en Argentina aún es una deuda pendiente del sistema de salud público.

1- Viola Derechos Humanos. La falta de garantías del Estado para ejercer en igualdad de condiciones nuestros derechos reproductivos, viola los derechos de las mujeres a la vida; la salud; la integridad física, psíquica y moral; la autonomía, intimidad, dignidad; y a estar libre de tratos crueles, inhumanos y degradantes.
2- Porque las mujeres abortamos desde siempre y no vamos a dejar de hacerlo. Si se legaliza, dejaríamos de morir. Está comprobado que en los países donde el aborto es legal, la cantidad de interrupciones de embarazos no se redujo considerablemente, pero el número de mujeres muertas sí.
3- Porque se trata de una discusión sobre políticas públicas de salud, no de moral. No se trata de estar o no de acuerdo. Si la mujer quiere hacerlo tiene el derecho y es una decisión personal inobjetable. El Estado deber ser el garante de que el aborto se realice bajo medidas sanitarias óptimas, para preservar la salud y la vida de la paciente.
4- Porque penarlo implica no reconocer a la mujer como sujeta de derechos. Toma a la mujer como una cosa, que no tiene derechos ni libertad de decisión sobre su cuerpo, su vida, sus proyectos y su privacidad; mientras los demás deciden sobre ella.
5- Porque es discriminatorio. La aplicación de una pena por abortar recae sólo sobre las mujeres, mientras que el reclamo de educación sexual y métodos anticonceptivos es necesario tanto para mujeres como hombres; además de que en el 60% de los casos la decisión de practicarse el aborto fue de ambos.
6- Porque la mujer es victimizada. La mujeres que solicitan un aborto sufren juicios reprobatorios y violencia institucional. Se les niega la práctica o la dilatan en el tiempo, haciendo que corra mayor riesgo su salud; se les intenta convencer de que no la realice; sufre discriminación social; y operaciones judiciales para impedir que aborte. Además son utilizadas por un mercado ilegal, no regulado y clandestino que lucra con la vida, la salud y la autonomía de las mujeres.
7- Porque no cumple con la finalidad de pena que es la resocialización, sino que castiga a la mujer por ejercer sus derechos.
8- Porque se castiga la decisión de no ser madre. En una sociedad patriarcal y capitalista que nos ubica como meros medios de producción, se espera que utilicemos nuestros cuerpos para reproducir las lógicas del sistema. Casarnos, tener hijos, trabajar sólo si nos necesitan y obedecer lo preestablecido se presenta como nuestra mejor opción. ¿Por quién? ¿La iglesia, el poder político, el poder económico?
9- Porque viola el derecho a la vida, que implica no morir por razones evitables. Esto es violado constantemente. En el mundo, cada un minuto que pasa, una mujer muere durante el embarazo o el alumbramiento por no contar con el acceso a condiciones de salubridad otorgadas por el Estado.
10- Porque es la principal causa de muerte materna. Alrededor de 80 millones de mujeres sufren embarazos involuntarios todos los años. De ellas unas 45 millones abortan. De estas mujeres que abortan, alrededor de 19 millones lo hacen en malas condiciones que son causa de 68.000 fallecimientos.

En Argentina los datos arrojados por el Ministerio de Salud muestran esta misma realidad. Del total de muertes maternas, la principal causa de fallecimiento es un embarazo terminado en aborto.
Esto sin tener en cuenta los miles de casos que no son registrados a causa de la clandestinidad, fundamentada por los puntos anteriores. En nuestro país se calcula que se practican unos 600 mil abortos anuales. El dato proviene de un cálculo que hacen los especialistas y la Organización Mundial de la Salud a nivel mundial:
Por cada mujer que se interna, hay diez que no. En Argentina hay 60 mil internaciones por complicaciones por abortos: todos en hospitales públicos, todos en situaciones de pobreza y con riesgos de salud. Si multiplicamos ese número por diez vamos a obtener el total de interrupciones de embarazos.
Además de este cálculo también existen estudios científicos y estadísticos que avalan estas cifras como el del año 2009 llamado “Estimación de la magnitud del aborto inducido en la Argentina” realizado por las investigadoras del CONICET Silvia Mario y Edith Alejandra Pantelides.
Como contracara de esta realidad, en Luján no hay datos sistematizados sobre la cantidad de mujeres que asisten al servicio de salud por complicaciones tras un aborto, por lo que resulta imposible determinar un número certero.
Las últimas estadísticas registradas en Gobierno Abierto son del 2015 y aglutinan el tipo de parto y la cantidad de nacidos vivos o muertos. Sobre las mujeres que llevaron adelante esos partos no hay información disponible.
Reflexiones finales
Es apresurado sacar conclusiones sobre lo que puede pasar respecto a la discusión sobre el proyecto de ley para habilitar la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
En el ensayo Ganar o perder, paradojas del aborto la ex diputada nacional y jefa del bloque de diputados del FPV Juliana Di Tullio, hace mención a su decisión de que el proyecto para legalizar el aborto no se discutiera en el recinto. Su argumento: no daban los números. “No quería perder, no podíamos perder”, explica al tiempo que excusa que si hay algo que sabe hacer bien es contar votos.
En la serie House of Cards el congresista y antihéroe Francis Underwwod utiliza sus recursos e influencias para conseguir los votos necesarios en el Congreso para aprobar proyectos impulsados por la Casa Blanca y con los que la mayoría de los congresales no estaban de acuerdo.
Por estos días en el Congreso Nacional habrá varios Di Tullio y Underwood que contarán votos durante dos meses, el tiempo estimado de discusión en las comisiones a las que se llevará el proyecto de ley. Aunque sin el poder ejecutivo incidiendo a favor del proyecto, sino más bien todo lo contrario, el panorama no es alentador.
Mientras las encargadas y encargados de la rosca política consiguen y cuentan votos, las mujeres seguiremos en las calles, las plazas, las casas, las escuelas y en cada espacio que sea necesario, pidiendo que el Estado respete nuestros derechos, no nos criminalice por nuestras decisiones, nos deje decidir sobre nuestros cuerpos y legalice el aborto en Argentina.