La red de agua de Lujan se alimenta mediante 24 bombas que se distribuyen en el casco urbano de la ciudad, además de los sistemas propios de las localidades. Resuelto el principal conflicto con la rotura de una importante bomba y un caño semanas atrás, el problema continua en algunas zonas y según explican desde Obras Públicas es por el alto consumo sobre un sistema en parte obsoleto. Las primeras obras datan de 75 años atrás.
Con la demanda vecinal expresándose por medios y redes y una convocatoria para este miércoles frente al municipio, se trabaja en dos perforaciones que tenían más de seis años en desuso que por “desidia y la desinversión nunca se repararon”. Una de ellas, está ubicada en el barrio Parque Lasa y ya fue reparada, la otra se ubica en Valle Verde. Sobre esta última se están realizando trabajos por estas hora y su reconexión traería alivio a otras dos bombas ubicadas en Villa del Parque y Ameghino.
Funcionarios de Obras Públicas se presentaron para supervisar los trabajos y atendieron las consultas de la prensa. Respecto a la urgencia que manifiestan en los principales barrios afectados explicaron que “estás dos bombas van a generar un cambio en la presión del sistema”, aunque no especificaron los plazos.
Además aseguraron que van a trabajar en un nuevo suministro en el barrio Villa del Parque y gestionar la colocación de una nueva bomba que se ubicaría en las primeras cuadras de la calle Las Heras. “Este equipo de bombeo va a llevar una serie de elementos que se vinculan a la red y tenemos que ver dónde hacemos la conexión porque si generamos una presión excesiva se generan roturas”, explicó Carlos Saraceno.
Consultado por la falta de medidas para prevenir estos episodios, el funcionario de Obras Públicas respondió que “sin estas dos bombas se repetían los problemas todos los años, mientras la población aumenta. Lo que hicimos nosotros en este primer año de gestión fue relevar los problemas y fuimos arreglando más de 500 perdidas. Todavía quedan más de cien. Lo hicimos en este año que asumimos y nos encontramos con en una red muy grande con pérdidas históricas y que generan que las bombas trabajen mal”.
«Este es un problema estructural y nosotros estamos dando soluciones paliativas. La solución definitiva la estamos trabajando con el Intendente e implica un recambio absoluto de todo lo que es el anillo hídrico, para que todo el casco urbano y los barrios tengan la provisión completa de agua en buenas condiciones. Es un proyecto de mucha plata, más de 600 millones de pesos y va a llevar tiempo», anticipó Saraceno.
Por último, pidió a los vecinos y las vecinas que cuentan con agua que racionalicen el uso. «En medida que usemos el recurso racionalmente se va a poder distribuir. En este momento no es necesario baldear las veredas o limpiar el auto. Tenemos que cuidar el recurso que es muy difícil de extraer y muy caro. Una gota de agua perdiendo de una canilla equivale a 80 litros en 24 horas», cerró.