Las manos alzadas de los y las consejeras fueron mayoría a la hora de rechazar el pedido que Araucaria Energy hizo al Consejo Urbano Ambiental (CUA) para rezonificar la parcela en la que ilegalmente se instaló durante 2017 y en la que actualmente funciona irregularmente.
“Aplastante victoria”, comunicó en grupos de WhatsApp y redes sociales la militancia de organizaciones y asambleas vecinales. Fueron 27 votos a favor del dictamen que rechaza a la termoeléctrica y sacaron una ventaja contundente frente a 4 votos negativos y 5 abstenciones.
Una tarde de sorpresas para más de uno que esperaba que Araucaria saliera con más legitimidad de la que ingresó al debate en el CUA y que antecede al Concejo Deliberante. Hasta ahora, el órgano no vinculante no vivió tanta tensión ni emitió dictámenes muy alejados de lo que más tarde resuelven los y las legisladoras locales.
¿Seguirá siendo así? Por lo pronto, en el dictamen votado por mayoría este jueves se expresa en negrita, “no encontramos un proyecto legislativo en concreto” y refieren que el Departamento Ejecutivo debería solicitar el cambio de zonificación si así lo quisieran. Hasta ahora, las expresiones formales por parte del gobierno apenas llegaron desde el área de Economía, calculando derechos y tasas que podrían cobrar desde el municipio si la termoeléctrica adquiere estatus legal.
Con más abstenciones que votos positivos al dictamen favorable al pedido de la empresa, la asamblea del Consejo Urbano Ambiental dio por concluida su tarea respecto a la situación de la central termoeléctrica. El análisis concluye sobre los antecedes de la empresa, aspectos ambientales, legales, sociales y políticos.
Son pocos los actores que explicitan su apoyo a la central de la ruta N°6 y N°34 mientras crece la expectativa por conocer cómo y cuándo terminará la novela que inició en 2017 y que por estos días siembra contradicciones tanto en el oficialismo como en la oposición.
Al finalizar la votación, Fernando Casset sumó aplausos al festejo mayoritario. Los vaivenes de la política, y en especial sobre el tratamiento de la termoeléctrica, lo encontraron años atrás sentado en la presidencia del Concejo Deliberante y siendo alfil del gobierno que permitió la instalación ilegal de la central.
El ex candidato a intendente por Juntos acopló sus posturas a la de la asamblea ambiental de Jáuregui que defiende la Ordenanza N°6224 que prohíbe la instalación de industrias de tercera categoría como la central termoeléctrica.
Sobre este punto, el dictamen aprobado en el CUA logró sintonía fina con asambleístas frente a los proyectos de dictámenes que sugerían la revisión de la ordenanza nacida de la lucha contra Curtarsa. De un tiempo a esta parte, la resistencia a la termoeléctrica es sinónimo de la defensa de la ordenanza para un grupo creciente de vecinos y vecinas.
En la tarde de la votación que impacta negativamente en la imagen de Araucaria Energy hubo también manos por la abstención. El único miembro que argumentó su voto fue el ex funcionario y hombre cercano al concejal de licencia Ariel Notta. “No puedo votar sin que el Ejecutivo se exprese sobre este tema”, explicó Daniel Silva.
Quienes pusieron cabeza y teclas a la redacción del rechazo buscaron convencer a Silva de que acompañe el dictamen, que en sus fundamentos señala que debe ser el Departamento Ejecutivo quien inicie el pedido de modificación del Código de Ordenamiento Urbano que reclama Araucaria Energy.
Otra abstención llamativa fue la de la propietaria de Tallo Verde, Viviana Novelle quien durante la discusión previa en comisiones ensayó una defensa del pedido de la termoeléctrica. Su voto no pasó desapercibido para otros integrantes del CUA.
Por aquí, por allá, los ajenos y hasta los propios insisten con que el gobierno se exprese con claridad sobre la situación de la termoeléctrica. Tras una mención en una entrevista televisiva, el intendente Boto no volvió a pronunciarse. En ese sentido, quien forzó una conclusión a medida de su voto fue el ex funcionario de Oscar Luciani al mando de la Secretaría de Obras Públicas.
El arquitecto Javier Casset repasó que Boto ordenó estudiar los expedientes de Araucaria Energy cuando inició su gestión, más tarde pidió opiniones a organismos provinciales y nacionales y finalmente devino el silencio. En una especie de adaptación a la refrán popular el que calla otorga, Casset planteó que “el silencio es un sí a la habilitación de la termoeléctrica” antes de emitir su voto favorable a la rezonificación de la parcela.
Cerca del balcón, algo alejada de la ronda de asambleístas facultados para votar en el CUA, siguió el debate Griselda Krauth quien acaba de renunciar a su cargo como consejera escolar. Según reveló el periodista Adrián Terrizzano en FM Lider, su postura histórica en contra de la termoeléctrica desentonaba con el resto del Consejo Escolar y prefirió dimitir antes de protagonizar una contradicción insalvable. Mientras fue concejal, Krauth había presentado un proyecto para demoler la central termoeléctrica.
Por estas horas la resistencia a la termoeléctrica encuentra adhesiones, algo diluidas, a las que supo tener años atrás, pero nada despreciables. La comunidad educativa de la Secundaria N°17, la CTA de los trabajadores, entre otros gremios que analizan posicionarse, además de la asamblea de Jáuregui son algunos sectores que podrían cobijar a viejos conocidos que permanecen en silencio y nuevos inquietos. Con el dictamen de este jueves por parte del CUA tienen motivos para entusiasmarse con la idea planteada por un vecino durante la votación: “Que el interés de lucro, no se imponga a la salud y el ambiente”.