El barrio Padre Varela volvió a ser escenario de enfrentamientos entre la policía y vecinos. El último episodio sucedió el fin de semana y dejó como saldo detenidos y heridos. La persecución de un pibe por parte de las fuerzas de seguridad fue un descontrol.
Según recuperaron vecinos y vecinas del barrio, cerca de diez móviles policiales fueron detrás de un pibe de 15 años denunciado por robarse una moto en el barrio Sarmiento durante el viernes. La policía lo persiguió por las calles del Padre Varela tras un llamado de alerta, pero el joven logró burlar a los uniformados ingresando a un domicilio e intentó continuar la huida por los patios y los techos de las casas hasta ganar la calle.
Una de las viviendas a las que ingresó durante la fuga fue la de Pablo y Soledad. El hombre, fue detenido horas más tarde por «lesiones graves» por orden de la Fiscalía N°8 que también entiende en la causa del menor.
Sucede que Pablo González reprochó el accionar policial junto a otras personas, cuando quisieron ingresar en su domicilio. «La policía entra al barrio a los balazos sin discriminar, tiran a mansalva. Algo parecido ya pasó hace pocos meses», comentó Soledad. La mujer espera por la liberación de su marido, ella también sufrió lesiones, al igual que su hijo de 17 años.
«La policía quiso entrar a la fuerza en mi casa, patearon la puerta y comenzaron a disparar hacía la casa y al patio», testificó Soledad. Cuando empezaron los primeros disparos de balas de gomas y golpes a la puerta de la casa, varios vecinos increparon a los efectivos. La discusión fue escalando en agresiones y comenzaron los piedrazos de un lado y balas de goma del otro.
Varias personas resultaron heridas por los balines que arrojó la fuerza policial. Del otro lado, reportaron la destrucción de una moto que terminó incendiada en el medio de la calle y roturas en dos patrulleros. También dos oficiales fueron alcanzados por las piedras.
Mientras en el barrio se desataba el enfrentamiento, el pibe estaba siendo detenido. Un grupo de vecinos se acercó, junto a la madre, para asegurar que durante el procedimiento no lo golpearan.
Para esto, Pablo González había sufrido una herida de bala de goma en su hombro, su hijo de 17 años también. Cuando se disipó la tensión en la cuadra, se dirigió a la Comisaría de Jauregui para hacer la denuncia pero fue ahí donde lo esposaron y aprehendieron.
La Fiscalía Nº8 que entiende en la causa del pibe de 15 años denunciado por robo, fue la misma que confirmó la aprehensión de González. Su esposa, Soledad, denuncia que además fue golpeado por la policía en la misma Comisaría Segunda.
Pablo permanece detenido desde el sábado por la noche. Los motivos que plantearon fue que se había resistido a que detuvieran al menor y que había arrojado piedras a la policía. González ya declaró en la UFI N°8 y espera que en las próximas horas el juez Romero, que entiende en la causa, se expida en favor de su libertad.
Entre los testimonios, hay vecinos que aseguran que los uniformados, además de los balazos y golpes, amenazaron con iniciar allanamientos en varias viviendas y que trataron al pibe detenido como trofeo de caza. Hubo risas y selfies cuando lograron, luego de un operativo cerrojo, dar con el joven.
Por estas horas, la familia de González reclama su libertad. También lo hicieron la concejala del Frente de Todos, Natalia Correa y el partido Izquierda Socialista. «Repudiamos el accionar policial, exigimos al intendente Leonardo Boto intervenga y tome las medidas que corresponda, nos solidarizamos con todos los vecinos y jóvenes afectados y exigimos la inmediata liberación de Pablo González», plantearon en un comunicado.
El hecho no pasó desapercibido en el ámbito político aunque no hubo expresiones públicas. González es hijo de Mirta Ravassa, conocida peluquera del barrio El Quinto y cercana al espacio político del intendente Leonardo Boto. Actualmente es jefa de departamento dentro de la dirección de niñez.
Sobre el pibe de 15 años denunciado por robo y finalmente detenido, se supo que la Fiscalía ordenó su internación en un Instituto en La Plata. La madre, ya había pedido en varias oportunidades la asistencia e intervención del Estado.