Un nuevo Noviembre se desarrolla y si hay agenda con glitter es porque la comunidad de lesbianas, no binaries, trans, travas, maricas, bisexuales y queers de nuestra ciudad avanza poniendo el cuerpo y la organización necesaria para llegar este sábado 19, brillantes para ocupar la calle, como sucede desde el 2018.
Afuera queda cualquier negación y en todas partes el orgullo es la respuesta que se manifestará con artistas en escena, baile, banderas y una movilización que promete volver a ser histórica, superando la convocatoria de cada año que antecede, multiplicando las voces y creciendo como movimiento político, conformando todes un mismo cuerpo que desde su origen defiende los derechos humanos por la diversidad sexual.
Es un cuerpo atravesado por las violencias e injusticias que acarrean quienes, a pesar de padecer la discriminación social, les es inevitable existir siendo elles mismes y resistir en comunidad. Es un cuerpo que nunca olvida a quienes acompañan desde otro plano en el andar del presente.
Resiste, en tanto defienda y cuide los logros que hacen avanzar a la sociedad hacia la equidad y el respeto. Resiste en tanto continúe denunciando y exigiendo a quienes ocupan cargos y son Estado, el incumplimiento de garantizar un espacio digno de respaldo y atención a las diversidades.
Nos tenemos que juntar para armar la marcha fue el comentario que circuló entre amigues durante todo el año. Una frase llena de intenciones que se convirtió en apertura a múltiples charlas que mezclaban sin ningún orden las ideas nuevas, las malas que estaban pasando algunes y había que hacer algo al respecto, los recuerdos que dejó la trayectoria, las juntadas de asamblea en el parque Las Heras y las marchas anteriores.
La primera movilización fue en 2018, con el abrazo de las compañeras de ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina), que ante la duda y la timidez de mover el cuerpo por la convocatoria que se creía pequeña, acompañaron sin dejar quietud posible.
Ahí fueron, niñeces, adolescentes, adultes con megáfono en mano y banderas multicolores por la ciudad de Luján y dejar la huella en la primera lectura del documento, ese primer manifiesto, en la puerta de la Basílica.
La segunda en 2019 fue con más tambores, el cuerpo crece, la plaza está más llena que el año anterior. Las organizaciones y partidos opositores al gobierno de Macri y de Luciani nos acompañan.
En el año 2020, vino la pandemia y la emergencia de compañeres en situaciones de vulnerabilidad. El aislamiento no nos permitió encontrarnos en las calles, y gestionamos un conversatorio a distancia para el día de la memoria trans donde varias voces del colectivo dejaron su testimonio.
Pasado el aislamiento, el año pasado, lesbianas, no binaries, trans, travas, maricas, bisexuales y queers volvieron a las calles con una convocatoria de 800 personas. El color resaltante de esta, la tercera marcha fue la convocatoria de muches adolescentes y desde la organización el sentimiento de gratitud por ver familias y niñeses que acompañaban el festival frente a la Municipalidad.
Andrea Morales, integrante de Orgullo Luján, la asamblea que organiza la marcha, compartió la alegría de ese recuerdo que aun la acompaña, «los grupos disidentes están mistificados de que son un antro, son un quilombo, que esto que lo otro. Y acá se muestra que no, que hay un grupo que pone lo mejor para que compartamos una fiesta entre pares» reflexionó.
Más allá de la orientación sexual, de la identidad, o de la perspectiva diversa «yo creo que somos pares porque todes nos enfrentamos con esta realidad que es la lucha de ser excluides a veces, o que te hagan bullying o que mis hijes hayan sido señalades. Porque yo siendo grande elijo donde estar y donde no, pero les chiques con la escolaridad, es difícil» agregó Andrea.
Entrado el mes de Agosto, los mensajes entre amigues empiezan a correr y se abrió a la comunidad la convocatoria: Sumate a organizar la cuarta marcha en Luján.
También desde Orgullo Luján, Sol Romito explicó que en esta ocasión se logró una convocatoria más abierta y diversa. Así, «podemos lograr que se unan más personas, y hay un interés que queda y se sostiene de marcha a marcha» cuenta «ser parte me da una identidad, me da un marco en el cual me siento acompañada, tengo contención. Me parece algo muy piola y aprendo mucho».
Y así llegó noviembre, remando la difusión por redes sociales y el sostén interno de comunicación por chats, más una reunión semanal desde septiembre hasta hoy, como un cuentagotas que marcaba la cuenta regresiva de tres meses de arduo trabajo autogestivo y donde se entremezclan diálogos personales con la practicidad que deja la experiencia para llevar a cabo actividades concretas de armado, y en el aire el respeto como consecuencia de hacer prevalecer el encuentro con une otre que está en la misma.
«Durante el mes de noviembre pintamos la Argentina de orgullo y Luján no queda exento de eso» comparte Logan Bohero, también parte del armado de la actividad de este sábado 19 y activista por los derechos del colectivo «muches marchamos en Capital y sabemos que requiere mucho esfuerzo traer esa movida a los pueblos como es el caso de Luján».
Logan define: «Orgullo Luján se fortaleció de nuestras diversas uniones y de las ganas de crear un todo. Como dijo Lohana Berkins, el amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo, y en Luján aprendimos mucho de eso».
Fotos: Nacha Luna, Julieta Brancatto, Agustín Bordignon.