El nuevo año no comienza con buenas noticias. Este martes, una luchadora difícil de comparar partió de este mundo. Apenas se informó sobre su fallecimiento, florecieron las palabras, los mensajes y testimonios que componen una biografía apretada en sus 41 años de vida. Con el puño en alto y las zapatillas en el barro.
Guadalupe nació en Mercedes pero desde su juventud vivió en Luján donde tuvo a su hijo Camilo. Fue docente de Lengua y Literatura y participó de distintos procesos políticos y sociales ligados a los sectores populares, principalmente en la lucha por el acceso a la tierra y la vivienda.
La militancia en los movimientos populares la llevó a ser candidata a concejal cuando Patria Grande se sumó a la disputa electoral en 2015 y también en 2017. De cara a las últimas elecciones fue una de las referentas que bregó por la unidad del campo popular. Pero su paso por la política partidaria fue apenas una trinchera más de las tantas que ocupó.
La Comisión de Seguimiento de la Relocalización de Inundados fue el espacio en que Guadalupe empujó y del cual formó parte hasta su fallecimiento. La pelea que inició en 2014 buscaba que 202 familias obtuvieran un techo digno y dejarán atrás un pasado marcado por las inundaciones. La obra, actualmente está paralizada pero Guadalupe llegó a otorgar los llaveros de las primeras 30 viviendas y ver la entrega de otras 30 más tarde.
“La única lucha que se pierde es la que se abandona”, decía la llave de cada casa. La frase representa su metodología política. Al frente hasta las últimas consecuencias y, siempre, rodeada de vecinos y vecinas. El músculo comunitario lo ejercitó a diario. En Villa del Parque, Santa Marta y Ameghino la recuerdan con su bicicleta y algunos metros atrás, el “negrito” perro que durante los últimos años se convirtió en su sombra.
El acceso a la tierra y la vivienda fue una de las principales peleas que Guadalupe dio en su vida como luchadora social. Sus compañeros y compañeras de lo que fuera el Movimiento de Trabajadores Comunitarios (MTC) la recuerdan desde las primeras construcciones en el barrio Villa del Parque.
De aquella primera incursión en la organización popular, Guadalupe entendió que “tenemos que intervenir de otra manera como pueblo, planteando un modelo posible que entusiasme a los vecinos. Nuestros desafíos tienen que ver con poder acompañar estas luchas”.
“La única manera de acceder a derechos es que la gente se organice”, comentó en una entrevista a pocos días de entregarse las viviendas para relocalización de 40 familias inundadas en Olivera, proyecto del cual también formó parte.
Con varios planes de viviendas sobre sus espaldas y la de las organizaciones que integró, Guadalupe pudo mudarse al barrio Sarmiento a la casa propia. «Tantos años hinchando y todavía no me termino la casa», renegaba al tiempo que reía.
El los últimos años de la gestión macrista, enfrentó el ajuste y la desidia que asechaba en los barrios más carenciados siendo una de las principales promotoras de “Barrios en Lucha”. El espacio interbarrial desplegó una agenda de demandas históricas al municipio.
El paso de Guadalupe fue breve pero intenso. En sus huellas, siguen apareciendo algunas claves para entender los procesos populares. “Lo fundamental es convertir la bronca y la indignación en capacidad de lucha para salir adelante y eso se hace de forma organizada” sostuvo en otra entrevista.
La intensidad de su carrera política ganó más la atención que su profesión como docente de lengua y literatura. Sin embargo, en las aulas también libró la batalla cultural impulsando a sus estudiantes a cuestionar y cuestionarse. En los últimos años empujó trabajos académicos ligados a las inundaciones, la contaminación y la identidad en jóvenes de nivel secundario. Entre otras instituciones, se desempeñó en la escuela San Luis Gonzaga, la ES Nº19 y el Instituto Mignone.
Así se fue Guadalupe Ledesma, demasiado joven, demasiado rápido. Sus recuerdos se convierten en ejemplo para tantos y tantas que han compartido una parte de su andar sin pausa. Desde Ladran Sancho, le deseamos paz y tranquilidad a su familia y seres queridos. Buen viaje Guada.